¿Cuántas veces se ha escuchado que gracias a BIM las mediciones de proyecto se obtienen con un botón? Esta afirmación se vuelve peligrosa, desde el momento que parece que cualquier tipo de modelo sirve para este fin, sin dar importancia a criterios de modelado, trazabilidad de medición o codificación y madurez de un modelo.
Con la llegada de la metodología BIM y todas las herramientas, softwares y procedimientos que están a nuestra disposición, si bien es cierto que se ha facilitado la labor de obtención de mediciones, todavía sigue siendo complicado conformar un presupuesto completo y coherente. Se pueden clasificar los factores que dificultan la obtención de un presupuesto fiable con los siguientes criterios:
- Criterios de modelado.
- Base de presupuesto y codificación de elementos de modelo.
- Trazabilidad de mediciones
- Evitar caer en el “sobremodelado”.
- Cambios producidos en proyecto una vez realizadas las mediciones.
El primer paso a la hora de afrontar el modelo, es tener claro los usos y objetivos BIM que se hayan definido en el Plan de Ejecución BIM. En caso de definir un uso del modelo destinado a la obtención de mediciones, se deben aclarar aspectos claves como: establecer una estructura/codificación del presupuesto base referencia para todos los agentes intervinientes que colaboran en el proyecto; definir un criterio de nomenclatura de los elementos del modelo; promover unos criterios de modelado que favorezcan la obtención de resultados fiables de mediciones.
Una vez las bases iniciales estén establecidas y se comienza con el desarrollo del proyecto, llega esa gran frase “con el BIM las mediciones son automáticas”, pero ¿cuánto de realidad hay en esa frase? Es cierto que el trabajo de medir un proyecto se ha facilitado o más bien se ha agilizado en gran medida, pero también se cometen errores por la confianza que dan los softwares actuales y sus respectivas herramientas enfocadas a medir los modelos.
Tras realizar el modelado del proyecto basado en los criterios establecidos previamente, con una nomenclatura de elementos acordada y coherente con una base de presupuesto es muy tentador realizar una exportación mediante esta herramienta de mediciones de nuestro proyecto al programa de mediciones y presupuestos que se utiliza. Esto supone un ahorro de tiempos considerable, siempre y cuando el modelo se haya elaborado con estos criterios que se han definido anteriormente, pero el resultado obtenido de primeras no es el definitivo; hay que trabajar a partir de este resultado, bien sea para definir mejor la trazabilidad de las mediciones, o para detectar partidas que si bien no se encuentran modeladas directamente, se pueden extraer a partir de otras.
Es fácil llegar a la conclusión de que la automatización de las mediciones es más bien una semi-automatización, ya que tanto optando por el trabajo directo dentro del software (mediante trabajo de tablas e informes), como exportando el modelo y trabajando con herramientas específicas, el resultado que se obtiene no es directo al 100%. En nuestra experiencia, si bien es cierto que resulta complicado poner un valor, en torno al 70% de un presupuesto se logra automatizar, quedando pendiente el 30% restante. Y todo ello siempre y cuando se haya elaborado un modelo con unos criterios clave para destinarlo a este uso.
Por tanto, resulta importante concienciar a nuestros clientes de las ventajas que supone una estandarización de criterios, y dotar de tiempo y trabajo a la parte más importante de BIM, a la “I” de información. Gracias a este trabajo previo, se estará más cerca de llegar al día en que la obtención de un presupuesto sea realmente automática, y no semi-automática. En próximas entregas aportaremos qué criterios clave tenemos a la hora de modelar, y qué resultados estamos logrando de fiabilidad gracias a los mismos.
Alejandro Arrondo
- 31/01/2023
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