La presente entrada ha sido publicada en Diario de Navarra por Juan Las Navas Lacalle, Presidente de la ACP y presidente de la Fundación laboral de la construcción de Navarra.
La construcción, con la metodología tradicional de gestión del proceso constructivo, sigue siendo el sector con menores índices de productividad. Si a esto sumamos unos elevados costes de producción, una escasez creciente de personal cualificado, un retraso importante en digitalización y en la adopción de novedades tecnológicas, además de un escaso gasto en I+D+i, provoca incumplimientos de plazos y presupuestos por encima de lo necesario. Y con el enfoque convencional, no somos ni seremos capaces de transformar esta situación.
Por esa razón, es preciso que nos impliquemos en la búsqueda de nuevos sistemas de producción con la profesionalidad que ha caracterizado siempre a este sector. Estos nuevos sistemas deben de transformarse en procesos integrales, aplicados a la construcción de edificios e infraestructuras, basados en la metodología BIM, la integración digital y las técnicas industriales de fabricación.
De esta forma, lograremos que sean eficientes y sostenibles, alineados con la economía circular y con los ODS, y que posibilitarán la obtención de productos de mayor calidad, más económicos y en menos tiempo. Para ello, se hace necesario un salto cualitativo a un entorno digital global, que comprenda todo el ciclo de vida de un proyecto, permitiendo la integración y colaboración de todos los agentes implicados en el proceso .Debemos de ser conscientes de que los cambios tecnológicos van a transformar tanto y tan rápido el mundo laboral en el sector de la construcción que el valor añadido de la estrategia empresarial no estará en si nos lo creemos o no, la mayor ventaja estará en haberlo previsto y haberlo implementado en la misma. La Integración Digital no es una metodología en sí misma, sino una visión cultural que posibilitará a los trabajadores desempeñar sus funciones, de manera creciente, en ámbitos más propios de sus capacidades que en los de tareas repetitivas, donde una máquina lo hará mejor.
Debemos abordar el salto tecnológico para modificar procesos y modelos de trabajo, digitalizándolos para hacerlos más eficientes, a la vez que formamos a nuestro personal.
En este proceso de transformación, los trabajadores serán fundamentales, y la formación multidisciplinar será esencial para que puedan desarrollar nuevas competencias y habilidades en diferentes áreas, incluyendo el diseño, la ingeniería, la fabricación y la gestión de proyectos. Si la tecnología nos va a hacer cambiar el concepto del trabajo, la educación también lo ha de hacer. Tenemos ante nosotros un reto importante: disponer de una oferta formativa que afronte esta brecha en competencias y cualificación.
Desde la perspectiva del mercado de trabajo, la “alfabetización digital” es hoy tan relevante como la alfabetización en lenguaje. Las competencias digitales permiten a las personas utilizar tecnología para diversos propósitos como trabajar, aprender, comprar, informarse, entretenerse y participar en sociedad.
La Integración Digital lo está trastocando todo y uno de los aspectos más relevantes es la manera disruptiva de transformar definitivamente todas las cadenas de valor, a través de las relaciones entre todos los departamentos de la empresa.
Obviamente, el valor generado por la empresa es mayor que la suma del valor de cada uno de sus departamentos. Por eso, los procesos colaborativos se vuelven tan importantes en el mundo empresarial, porque aprovechan los talentos y las ideas de toda la fuerza laboral para optimizar los resultados.
Esta transformación produce muchos beneficios, entre ellos, una mayor flexibilidad para los trabajadores y la eliminación de la geografía como una barrera para contratar nuevos talentos; pero también ha generado y ampliado una brecha de habilidades que ya era grande.
Las habilidades y competencias digitales nunca han sido más críticas para las empresas y la fuerza laboral como en el momento presente, donde las interacciones digitales son la base de todo puesto de trabajo.
Seguramente, en el futuro inmediato, iremos al trabajo a aprender casi todo el tiempo: a aprender a preguntar cosas, a aprender a entender cómo funciona el software que hace el trabajo que hacíamos nosotros hace tiempo para que, aprendiendo, logremos que aún lo haga mejor cada vez. Debemos hacer un sector más moderno, transformar su imagen y poner en valor todos sus beneficios, generando nuevos empleos, desde unos renovados puntos de vista, para que, además de aprovechar toda la fuerza laboral actual, podamos atraer, entre los más jóvenes y la población femenina, la nueva mano de obra necesaria, que contribuirá al futuro del sector de la construcción.
Juan Las Navas Lacalle
- 17/10/2023
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