La presente entrada se escribe como continuación de la anterior: Plan estratégico (I) – La importancia de la coherencia.

Dando continuidad a la entrada previa de la serie sobre el Plan Estratégico, se aborda la cuestión sobre cómo comenzar su desarrollo. Existen diferentes formas de afrontar la situación; una opción recomendable resulta acudir a expertos consultores que faciliten el proceso, preparando no solo el documento en sí, sino acompañando a la empresa en la labor de introspección y el planteamiento de los retos futuros, gracias a su experiencia en la materia. También existe la opción de contar con gente propia, con conocimientos tanto técnicos como con las habilidades necesarias para afrontar la tarea.

Sea cual sea la opción elegida, se inicia un proceso clave para cualquier empresa, que va a implicar a toda la organización, y conocerse muy a fondo, de manera que, una finalizado el periodo de estudio, se sea capaz de plasmar todas las oportunidades, limitaciones y mejoras que deban hacerse frente.

Resulta, como uno de los primeros pasos a realizar, la necesidad de contar con un guion previo, una estructura del documento, que ayude a la redacción del mismo, y a guiar los trabajos necesarios a realizar. Esta estructura tipo, que define los diferentes apartados a completar, puede ser un esquema base, pero es muy importante que se adapten a las necesidades de la empresa. Y es ahí donde juegan un papel muy importante la definición de los objetivos.

Éstos van a ser la guía que ayude al desarrollo del Plan Estratégico, y son clave para mantener una coherencia en su desarrollo. Pero, ¿qué es un objetivo? Es el fin al que se dirige una operación. Cuanto más claros y definidos sean, más valor aportarán a la empresa.

El cómo redactar estos objetivos es una fase importante. Si se van a establecer como los principales ejes vertebradores del plan, deben resultar medibles y sencillos, a la par que completos. Dando respuesta a esta necesidad, surge en 1981 el método SMART, comúnmente aceptado hoy en día, que establece los siguientes criterios a la hora de redactar objetivos:

  • Específicos (Specific)
  • Medibles (Measurables)
  • Alcanzables (Attinable)
  • Realistas (Realistic)
  • Limitados en el tiempo (Time-related)

Dotar a los objetivos de estas especificaciones logrará que sean un apoyo para la consecución de los mismos. Además, estas pautas, unidas a la estructura del plan, ayudar a aportar coherencia y robustez.

Por tanto, dotando de objetivos SMART al Plan Estratégico se consigue no solo ayudar al desarrollo del mismo; sienta las bases para un futuro seguimiento, control y planificación, así como su posterior medición para lograr establecer el éxito en su implantación.

Asier Latorre Úriz

Asier Latorre Úriz

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